miércoles, 13 de noviembre de 2013

CONCEPTUALIZACIÓN DE JUVENTUD

Cultura escolar y subjetividad: a propósito de los jóvenes en nuestro país


Al transcurrir el tiempo, las escuelas se han quedado sin jóvenes y ellos sin lugares en donde estudiar, ellos enfrentan problemas complejos en torno a la educación, no existe ningún ajuste pedagógico que se adapte a las necesidades que en esta época la sociedad requiere, a los docentes nos toca comprometernos con educar bien a los jóvenes y motivarlos para seguir adelante con el propósito de que terminen sus estudios. Uno de los principales problemas que enfrentan es la complejidad de los cambios tecnológicos y culturales que se observan en la vida cotidiana, los cuales afectan a los jóvenes con problemas personales, laborales, culturales y escolares.

El mecanismo de las instituciones en su inicio trataba a los jóvenes como robots que aprendían las enseñanzas de una manera mecánica sin necesidad de entrar en detalles, emociones o sentimientos, simplemente darles los conocimientos en forma impositiva; ellos solo los preparaban con ciertos contenidos que eran reproducidos a través de la memorización y retención de información, lo cual dificultaba aplicar los conocimientos adquiridos en la escuela en situaciones cotidianas y laborales específicas. Los alumnos tenían más deberes y responsabilidades que derechos y capacidades. Los reglamentos y dispositivos disciplinarios de los establecimientos escolares constituían una objetivación del poder que tenían los adultos sobre las nuevas generaciones.
Hoy en día la escuela como constructora de la subjetividad de los alumnos, sostiene Silvia Schelemenson (2000: 85), desde las primeras etapas de la vida infantil y después como sujetos juveniles, permite la construcción de una realidad distinta y distante de la vida familiar; en su interior, la escuela instruye normas, reglas, rutinas escolares, contratos académicos y curriculares que permite la socialización y la coparticipación de manera igualitaria entre sus padres, y que llevan al joven a la construcción de su subjetividad como parte de su diferenciación anímica a través de los vínculos que en la escuela se establecen y generan. Trabajar con adolescentes requiere una nueva profesionalidad que es preciso definir y construir.
La escuela en sí, es como la familia, la sociedad y la cultura, la que apoya la formación de la subjetividad en los jóvenes, a demás de ser un lugar distinto y fuera de lo familiar, que da lugar también a la formación de la identidad, la cual se va puliendo a lo largo de la vida personal. La institución escolar es la que genera la mediación cultural entre la socialización primaria que recibe en la familia y el ingreso a la sociedad cuya demanda y deseo en los jóvenes se centra en el reconocimiento personal y social. Los jóvenes luchan por ello en la etapa de la pubertad, la adolescencia y la juventud, a través de un proceso de individualización-diferenciación, lo que les ocasiona ansiedad y temor al tratar de relacionarse con los demás jóvenes.
Un buen alumno, en la cultura escolar, es un alumno capaz de adaptarse a enseñanzas y habilidades que la institución escolar exige. Durante el periodo que los jóvenes cursan el bachillerato aprenden a ser alumnos y asumen las normas sociales que de ello nacen, con lo cual configuran su subjetividad y su identidad.
El alumno cuando entra a la escuela llega con un conjunto de conocimientos adquiridos anteriormente como parte de su cultura personal y en la escuela desarrolla otras habilidades para afrontar las situaciones que vive cotidianamente, esto constituye la formación de su subjetividad. Este cambio se expresa en el cuerpo como una subjetividad que informa sobre la profundidad de las experiencias vividas, de su erotismo, del ejercicio de su sexualidad; esas experiencias, sentires y maneras de ser constituyen su subjetividad, que no es estable, ya que a esta edad, el joven oscila entre el conocimiento y el reconocimiento.
El tratamiento institucional de este enigma subjetivo es la relación con el conocimiento objetivo, y las normas sociales, su meta. Tramita ambas cuestiones de dos modos diversos, a partir de conocimientos disciplinares, distribución de experiencias culturales, sociabilización de distintos saberes, diseña formas organizacionales, recuerda mitos e instituye otros e institucionaliza la relación con ley estructurarte de lo social (Frigeiro, 2001: 109).
Se utiliza el término “juventud” para dar cuenta del cambio de la vida del adolescente al adulto, determinado por la formación de una nueva identidad y, por lo tanto, subjetividad. La juventud es una etapa en el ciclo de la vida que vive problemáticas específicas, como el inicio a la educación, al empleo, al ejercicio de la sexualidad, a la participación política y al reconocimiento social, con diversas experiencias culturales, y por lo tanto con demandas y problemas propios.
Otras maneras de la subjetividad de los jóvenes tienen que ver con el desánimo y el abandono, de ahí el incremento de los suicidios, las depresiones, los trastornos de la conducta alimenticia, y los metrosexuales; el incremento de conductas mentales enfermizas, la adicción a las bebidas alcohólicas y a las drogas, así como los juegos electrónicos.
Además de estos problemas el alumno se enfrenta problemas con el nivel medio superior de nuestro país en relación con la calidad de los procesos de formación. Por eso la Secretaria de Educación Pública, junto con el Consejo Nacional de Autoridad Educativas, convocan a las instituciones de educación media superior a participar en la reforma integral de este nivel educativo. Y el propósito principal es la creación de un Sistema Nacional de Bachillerato que mejore la calidad, la equidad, la pertinencia y la cobertura. Además que disminuya el rezago y la deserción escolar a través de integrar un currículo por competencias genéricas, disciplinares y profesionales expresadas en once competencias específicas que definen el perfil del egresado de la educación media superior y que constituyen los ejes transversales del sistema nacional de bachillerato.
La sociedad del conocimiento ha traído como consecuencia, distractores y confusiones que limitan ponerle atención a temas relevantes, como ecología, los valores, distribución equitativa de riqueza, la educación para todos y el mismo sentido que debe tomar la humanidad. Muchas son las teorías, enfoques o perspectivas que emergen cotidianamente de las diferentes disciplinas, tratando de explicar en la sociedad de la información, los fenómenos de la naturaleza y de la sociedad.
Por tanto, el concepto de cultura tan socorrido adquiere relevancia, pero desde una visión que supera las connotaciones anteriores al pensarla, como aquello que se cultiva para desarrollo del hombre en su sentido más general. Una cultura compleja permite una organización compleja, pero también viceversa. La apropiación o reiteración de las experiencias y vivencias de otros es lo que permite entender su punto de vista, sus propuestas y el sentido de sus acciones; elementos indispensables para coordinar acciones colectivas.
De tal manera que la cultura es expresión individual y colectiva en las organizaciones, como lo son las educativas, es en este espacio donde la educación para todos, como premisa mundial, se vuelve un tema central de los distintos países, y las organizaciones educativas se convierten en protagonistas y la comunidad educativa en actores como resultado de interrelaciones sociales cotidianas en condiciones materiales, sociales y espirituales que dominan un espacio y un tiempo, manifestándose a través de significados, valores, sentimientos, pautas de conducta, leguaje, rituales, costumbres, objetos, tanto materiales como simbólicos que rodean la vida individual y colectiva de las organizaciones educativas.
La sociedad del conocimiento demanda que los centros educativos desarrollen nuevas capacidades y competencias en sus alumnos, es decir que sean creadores. Dicha demanda requiere, a su vez, una reconceptualización del currículo, de la pedagogía, la evaluación, la gestión institucional y por supuesto de la misma profesionalización de los que ofrecen el servicio. A esta suerte de transformación de la educación deben responder las instituciones educativas, de los diferentes niveles educativos.
Lo anterior permite identificar y dimensionar realmente el problema que existe, a partir de las necesidades documentadas en los últimos años, definidas éstas como discrepancias entre una situación actual, que va de la escuela de hoy, a otra necesaria denominada escuela deseada.
  
La Juventud que no miramos. Los jóvenes excluidos en el siglo XXI


Como suele suceder con otros ámbitos, el tema de la “juventud” debería interesar, más allá de análisis teóricos, despertando inquietudes que informaran acerca de  las actividades que desde las instituciones se llevan a cabo en  beneficio de los jóvenes. Sin embargo, cuando las hay, los medios no alientan su difusión (como así tampoco de la  educación);  no son sus "favoritas". 

La juventud se caracteriza por ser una etapa de la vida del ser humano entre la niñez y la fase adulta. En ella, se experimentan una gama de cambios físicos, psicológicos y sociales que determinan su comportamiento en el mundo social. Es por ello que también se le conoce como la etapa de duelo, pues es aquí donde mueren todas las características de niño para ser un joven con identidad e independencia.
La crisis permanente en la que vivimos  -si en el Tercer Mundo, los jóvenes viven prisioneros de la pobreza; si en el Primer Mundo, atiborrados de distractores y vicios que los hace  sumamente vulnerables- no alienta muchas esperanzas respecto de lo que habrán de lograr en un futuro que pinta distinto y para el cual será menester asumir que el conocimiento será el eje de sus vidas.

Así la juventud, se remite a un contexto de dos clases, los que pueden asistir despreocupadamente a la escuela porque tienen ventajas a favor que les permite incorporase a los centros de estudios, dado que son apoyados por sus familias y donde solo tienen que dedicarse a estudiar, puesto que es su única responsabilidad y por otro lado; los jóvenes adolescentes de clases medias o bajas, los cuales se ven en la necesidad de abandonar las clases debido a que no cuentan con los recursos económicos para poder continuar con su educación.

Aunado a esto, tienen la necesidad de trabajar en las calles para apoyar a sus familias que son numerosas y donde posiblemente se enfrentan a problemas de alcoholismo por parte de uno de los padres, lo cual limita la posibilidad de estudiar pues no se percibe un sueldo económico que ayudaría a que estos jóvenes se insertaran a las escuelas y se olvidaran del trabajo que en muchas de las ocasiones coarta su juventud pues no la viven ni la disfrutan porque adquieren responsabilidades a su corta edad que no les compete.

Por tanto, es importante que el gobierno tome cartas en el asunto gestionando apoyos para todos aquellos jóvenes que trabajan y desean estudiar ya que se les tiene olvidados en un mundo que no miramos y que a consecuencia solo se genera más delincuencia, inseguridad, problemas relacionados con la salud, etc., los cuales impiden el desarrollo y crecimiento del país pues no se debe olvidar que el éxito del futuro son los jóvenes del presente.
Todo indica que la lucha por el éxito económico impulsa el esfuerzo de los jóvenes cuando vislumbran un mundo en el que el bienestar  garantizará su existencia. Los jóvenes de éxito se obligan así en sus estudios para sacar ventajas que imaginan serán la base de su futuro.  No se dan cuenta, sin embargo, que la vida para ser plena debe abordar conocimientos epistemológicos que brinden  la capacidad de elegir para poder cambiar y así crecer.

Uno de los secretos para abordar el cambio es aprovechar las posibilidades que se ofrecen para emprender viajes de estudio por el mundo. Nada mejor que conocer otras gentes, otros medios, otras juventudes para asumir que  existen otras formas de vida y hasta otras culturas.

El sólo hecho de tomar conciencia de algo tan desgraciadamente real despertaría, hasta en el más distraído de la realidad, más de un interrogante. Uno de los secretos para cambiar las actuales circunstancias de estancamiento educativo de nuestros jóvenes es impulsar una educación que termine con los contenidos como factor esencial del aprendizaje y promueva  actitudes fomentando la imaginación y la investigación.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Gutiérrez, Alma Beatriz (2007).Cultura escolar y subjetividad: a propósito de los jóvenes en nuestro ps. Joven es, Revista de Estudios sobre Juventud. Instituto Mexicano de la Juventud Número 27, enero-junio de 2007, consultado el día 25 de septiembre de 2013, en: http://galileo.cecytenl.edu.mx/pluginfile.php/893/mod_resource/content/1/Cultura%20escolar%20y%20subjetividad.pdf


Racovschik, Gustavo (2006). La Juventud que no miramos. Los jóvenes excluidos en el siglo XXI. Estudiante de la Lic. En Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de Lujan. Consultado el día 25 de septiembre de 2013, en: http://galileo.cecytenl.edu.mx/pluginfile.php/894/mod_resource/content/1/La%20Juventud%20que%20no%20miramos.pdf

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